Como un estratega de admisiones, puede que se pregunte cuál es la forma de mejorar la conversación con aspirantes potenciales. Cuando la charla se estanca en el precio del programa, la verdadera relación entre costos y beneficios nunca sale a luz. Usted puede cambiar esta conversación fácilmente trabajando en dos ejes; su lenguaje y la voz de su institución.
Veamos con más detalle:
Lenguaje: Menos características, más beneficios.
Uno de los retos en la comunicación de valor es determinar qué es lo realmente valioso para sus aspirantes. Muchos colegios y universidades se acogen a lo que sus decanos o directores de programa diseñaron muchos años atrás. Sin embargo en la mayoría de ocasiones para los padres y los aspirantes esa información no es relevante, y la verdad, casi nunca la entienden. Cuando ellos miran a su institución y la comparan con otras, ellos necesitan oír un lenguaje que refleje lo que ellos valoran en la educación, en la experiencia y por su puesto en una universidad.
Usted se preguntará, ¿cómo saber lo que ellos valoran? Muy fácil, sin pensarlo dos veces vaya directo a la fuente. La clave está en preguntar a los aspirantes, a los futuros estudiantes, padres y otros participantes, qué es lo que realmente valoran en la educación superior. Busque en las respuestas dos cosas:
- Características: Por ejemplo, el tamaño de su biblioteca o que es la única que tiene una piscina olímpica. Haga una lista de características que atraen o llaman la atención de un posible estudiante o de un donante.
- Beneficios: Es el resultado que se obtiene de las características. Por ejemplo la experiencia de encontrar prácticamente el libro que necesitas o el prestigio que te da la universidad de donde te gradúas.
Si los entrevistados no convierten de forma natural en la conversación las características en beneficios, es su tarea como líder del Marketing Institucional, hacer la traducción por ellos y para que sus comunicaciones reflejen siempre los beneficios. (Lea más: Crear contenido de calidad, la clave para atraer futuros estudiantes).
Voz: ¿quién habla?
¿Es la universidad? o ¿son sus alumnos, ex-alumnos, padres de familia y comunidad los que transmiten el mensaje? En general, hemos visto que el mensaje de una universidad puesto sobre la voz de terceros genera mayor credibilidad, cercanía, emoción, interacciones e impacto.
Lo invitamos a verificar si está recopilando las voces de valor o necesita un método para recopilar historias como testimonios y perfiles. Es importante invertir tiempo y dinero en presentarlas de forma impactante y divertida, porque eso es crear contenido. Dele cara al futuro, a medida que reúna las historias, se puede dedicar más a seleccionar que a crear contenido. Su desafío será buscar historias que ya son parte de la narrativa institucional, pero que ahora posiblemente están ocultas esperando a que alguien las use para atraer a nuevas audiencias y fidelizar las comunidades actuales.
¡Atrévase! Háganos saber cómo utiliza el lenguaje y la voz para hablar de su institución. ¿Cómo está seleccionando las historias de su institución que permita que otras personas, hablen del valor de la experiencia educativa? Nos encantaría saber de usted y ayudarle.
